En este blog me gusta mucho escribir sobre temas relacionadas con los animales porque ellos son a menudo objetivo de investigaciones científicas y muchas veces nos sorprenden con sus habilidades que nunca sospechábamos que tenían. Este es el caso de la inteligencia de las aves que incluso nos hace pensar de la expresión “cabeza de chorlito” que tiene su sentido equivalente en cualquier idioma como el español. Siempre se pensaba que los pajaritos no pueden ser inteligentes porque su cerebro es del tamaño de una nuez. De todas formas, se trata de una idea predeterminada que teníamos que las aves son tontas y no pueden pensar porque el tamaño de su cerebro es demasiado pequeño.
Los científicos de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Estados Unidos, que investigaban el cerebro de las aves, han conseguido medir el número de neuronas aviares y han demostrado que los pájaros son más inteligentes que los mamíferos o los primates. Se trata de una conclusión muy sorprendente de la comparación entre el tamaño de los cerebros de un macaco y un guacamayo, sobre todo la parte anterior que se asocia con el comportamiento inteligente. Según esta investigación, los pajaritos tienen más neuronas que los monos y resultan ser más inteligentes que ellos.
Después de largas horas de experimentos con pájaros de raza diferente, los investigadores del comportamiento cognitivo de las aves han demostrado que ellas pueden utilizar herramientas para resolver problemas, por ejemplo. También son capaces de reconocerse en un espejo o bien prepararse para actividades futuras. Todas estas habilidades, e incluso otras más, son posibles por la presencia de las neuronas en su cerebro pequeñito, en la parte que es responsable de sus funciones cognitivas. Y aunque el tamaño del cerebro aviar es muy pequeño, las neuronas son mucho más numerosas y densas que en los animales mamíferos que tienen la misma masa.
La neurocientífica Suzana Herculano-Houzel ha explicado en el artículo dedicado a este tema y publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), que “En el diseño de los cerebros, la naturaleza tiene dos parámetros con los que puede jugar: el tamaño y el número de neuronas y la distribución de las neuronas a través de los diferentes centros del cerebro. Y en las aves nos encontramos con que la naturaleza ha utilizado los dos.” La científica americana y sus compañeros han constatado que el poder cognitivo de las aves es mucho mayor comparado con el de los mamíferos que tienen el mismo número de neuronas, porque la proporción entre masa y neuronas es distinta y es a favor de las aves.
Las neuronas de los loros por ejemplo están predominantemente en la parte anterior del cerebro y esto les proporciona una mayor destreza cognitiva, aunque tengan cerebros pequeños. La densidad y el mayor número de neuronas del cerebro anterior de los pájaros los hace más inteligentes que los monos que incluso tienen cerebros más grandes, pero tienen menos neuronas. La conclusión de estas investigaciones es que el número y la densidad de las neuronas básicamente contribuye para la inteligencia de las aves.